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Gato y gata convivencia

12 febrero, 2023

¿Pueden convivir un gato y un perro?

Tras licenciarse en veterinaria por la Universidad de Nottingham, la Dra. Joanna Woodnutt pasó a ejercer la medicina de animales de compañía en las Midlands. Rápidamente se aficionó a la consulta y a ayudar a los clientes con problemas médicos como la dermatología, el comportamiento y la nutrición, todo lo que implicara ayudar a los clientes a entender mejor a sus mascotas. Jo comenzó a escribir sobre la salud de las mascotas en 2017, dándose cuenta de que podía ayudar a más padres de mascotas. Desde entonces, ha escrito para innumerables publicaciones online e impresas y es colaboradora habitual de la revista Edition Dog. Jo vive ahora en las Islas del Canal con su marido Ian y su terrier Pixie, y están esperando su primer hijo muy pronto.

Uno o dos gatos

En Australia se dan las estadísticas más altas del mundo en cuanto a la tenencia de perros y gatos, por lo que hay muchas familias que optan por tener lo mejor de ambos mundos y compartir su hogar con un perro y un gato.

Cuando introduzca un nuevo gato en la familia, deje que ambas mascotas se acostumbren primero al olor y los sonidos del otro, colocando al nuevo gato en una parte separada de la casa. De este modo, el nuevo gato tendrá la oportunidad de asentarse cómodamente en su nuevo entorno.

En los primeros encuentros de su mascota, asegúrese siempre de que hay dos personas en la habitación, ya que debe supervisar cuidadosamente todas las interacciones. Si es posible, le recomendamos que al principio lo lleve en un transportín y que su perro lo lleve con correa. Con el tiempo, deje que el gato tenga la libertad de la habitación y permita que el perro lo observe desde la distancia, pero no permita que se acerque al gato; si el gato se acerca por sus propios medios, asegúrese de premiar el buen comportamiento de su perro. No los deje solos hasta que esté seguro de que se llevan bien. Lo principal es tener paciencia e ir al ritmo de los animales, no intentes forzarlos a llevarse bien, las buenas relaciones llevan tiempo.

  Mancomunidad sierra de gata

Convivencia de perros y gatos

Históricamente, se ha considerado que los gatos seropositivos no pueden ser adoptados y se les aplica la eutanasia en muchos refugios. Sin embargo, nuevas investigaciones han demostrado que los gatos seropositivos pueden ser adoptados y vivir lo mismo que un gato seropositivo. Esta investigación también ha desmontado el mito de que los gatos seropositivos no pueden convivir con gatos no infectados. Por ello, muchos veterinarios, incluidos los expertos en medicina felina de la Asociación Americana de Profesionales Felinos (AAFP), sugieren a los refugios y a los propietarios que nunca opten por la eutanasia basándose únicamente en un test positivo.

Según la Dra. Julie K. Levy, fundadora del Programa de Medicina de Refugio de Maddie en la Universidad de Florida, se estima que alrededor del 4% de todos los gatos asilvestrados de EE.UU. están infectados por el VIF. La tasa de infección es aún más baja, entre el 1,5% y el 3%, en los gatos sanos con dueño. Dice: “Si consideramos todos los gatos, asilvestrados o no, a los que se les diagnostica el VIF, vemos que alrededor del 25% son hembras y alrededor del 75% son machos. La inmensa mayoría de las infecciones por VIF se producen entre “gatos machos no castrados y de exterior que se pelean y muerden”. Levy también señaló que “la enfermedad es poco frecuente entre los gatitos, porque no empiezan con su comportamiento de alto riesgo hasta que son mayores”. Así que, aunque los gatos mayores son más vulnerables, la edad en sí misma no es un factor determinante. Es una cuestión de comportamiento”.

  Embarazo psicológico en gatas

¿Por qué 2 gatos son mejores que 1?

Es muy difícil poder predecir si un gato aceptará a otro en su casa. Los gatos, como especie, se han vuelto más flexibles socialmente durante el proceso de domesticación, pero los individuos siguen variando enormemente en cuanto a la aceptación de otros gatos. Además, su capacidad para cambiar su sociabilidad es limitada una vez que llegan a la edad adulta.

Teniendo en cuenta estos factores, hay una serie de áreas que deberían considerarse cuidadosamente antes de tomar la decisión final de tener otro gato o no. Es probable que todos estos factores interactúen y no actúen de forma aislada, por lo que cuantas más respuestas se den a favor de otro gato, mayores serán las posibilidades de que se acepte un nuevo gato.

En los gatos sin dueño y en libertad, los grupos de gatos suelen estar formados por hembras emparentadas y sus crías. Sin embargo, hasta la fecha, las pruebas no son concluyentes en cuanto a si el sexo del gato influye en su capacidad para llevarse bien con otros gatos cuando éstos están esterilizados.