
Mi gato caza a mi perro
Una casa llena de gatitos y perros puede ser uno de los lugares más bonitos y felices del mundo. Para conseguir un hogar tan armonioso, hay que presentar al gatito al perro de la forma adecuada. Al igual que una mala primera impresión puede tener un efecto duradero con las personas, lo mismo puede ocurrir al presentar un gato a un perro.
Los perros y los gatos pueden llegar a ser buenos amigos, pero se necesita tiempo. Esto se debe a que tienen estilos de lenguaje corporal muy diferentes que pueden dar lugar a algunas señales confusas. El intento de juego de un gatito puede ser interpretado como una agresión por su perro o viceversa.1 Así que prepárese para dar cada paso lentamente. Pueden pasar semanas o más antes de que se tranquilicen y se sientan cómodos el uno con el otro. Pero el resultado merece la pena.
Tendrá que mantener a sus mascotas separadas para que puedan acostumbrarse gradualmente a los olores y sonidos del otro en un entorno libre de estrés. Tu gatito necesitará su propia y cómoda habitación con una caja de arena, comida, agua y una cama.2 Un difusor calmante Comfort Zone puede ayudarle a sentirse seguro y relajado en su nueva habitación. Esta solución sin fármacos imita las feromonas naturales del gato para ayudarle a sentirse tranquilo y feliz.
Nuevo cachorro y gato
Acabas de tener un nuevo perro y quieres presentárselo a tu gato. Cuando se presenta a una nueva mascota, es mucho mejor controlar la situación en lugar de dejar que los animales se las arreglen solos.
Si un gatito y un cachorro han tenido muchas experiencias positivas entre sí, es más probable que se lleven bien. Por desgracia, puede que esto no haya sido posible o que, si has adoptado a una o a las dos mascotas, no sepas mucho sobre su historia y, por tanto, sobre cómo se comportarán cuando se encuentren.
Independientemente de sus experiencias anteriores, es muy importante que su nuevo perro y su nuevo gato sean introducidos de forma muy gradual y controlada. Recuerde que su casa es el hogar de su gato y que debe sentirse seguro en este entorno.
Antes de que llegue el perro o el cachorro, revise la distribución de su casa, los puntos de entrada y salida y la ubicación de los recursos de su gato (comederos, bebederos, camas, rascadores, etc.). Considere si es necesario hacer algún cambio para acomodar al perro, con la mínima interrupción para su gato.
El nuevo gato no quiere comer
Mientras mantiene a su gato y a su perro separados, debe hacer que ambos se den cuenta de que hay otro animal en la casa. Acaricia a tu gato y luego deja que tu perro huela tu mano. Intercambia también las mantas o la ropa de cama en la que duermen.
Lleva la correa de tu perro y mantenla lo más floja posible. Esto garantizará la seguridad del gato y permitirá al perro tener cierta libertad para investigar a su nuevo amigo. Deje que su perro olfatee y conozca a su nuevo compañero de casa. Es bastante aceptable que el gato le dé un “golpe” de advertencia en la nariz, pero esté preparado para intervenir en caso de que el perro tome represalias. Hay que mantener la calma durante toda la presentación.
Si las cosas van bien, deje que sigan interactuando. Suelte la correa, pero esté preparado para retomar el control. De vez en cuando, llame a su perro y recompénselo con una golosina cuando responda. Al cabo de unos minutos, termine la sesión y pase un rato a solas con su perro mientras otra persona se ocupa de su gato en otra habitación.
Cómo conseguir que perros y gatos se lleven bien
Algunos perros conviven bien con los gatos; otros, simplemente, no pueden convivir de forma segura con los felinos. A veces, un perro puede convivir con ciertos gatos (dependiendo de su edad, temperamento y nivel de actividad), pero no con otros. Incluso si su perro ha convivido con gatos con éxito en el pasado, es importante recordar que cada perro y cada gato es un individuo y, por tanto, cada introducción es diferente.
Cuando presente a su perro a un gato, preste atención al lenguaje corporal de ambos animales. Si las orejas del gato se echan hacia atrás o su cola se agita de un lado a otro, es un buen indicador de que está disgustado. En particular, debe estar atento al lenguaje corporal del perro, que podría ser una señal de advertencia. Si su perro tiene un fuerte impulso de presa (la inclinación a buscar, perseguir y potencialmente capturar animales vistos como presa – generalmente animales más pequeños como gatos o conejos), podría concentrarse mucho en el gato. Se pondrá rígido, mirará fijamente y puede empezar a ladrar o gemir. Si observa estos signos, no deje que se acerque al gato. Lo ideal es que su lenguaje corporal sea suelto y relajado alrededor del gato. No pasa nada si le presta atención al gato, pero no debe verla fijada en él.