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Mi gato no puede mover las patas traseras

31 diciembre, 2022

Trombo de la silla de montar

Antes de empezar a explicar las razones por las que un gato no puede caminar o ponerse de pie, debemos prestar atención a las características de este impedimento. Un gato puede sufrir una parálisis cuando deja de caminar por completo. Este problema, más común en las patas traseras, impide que se muevan por completo. Por lo tanto, su gato no podrá caminar ni ponerse de pie. ¿Las patas traseras de su gato se hunden? Otras veces, un gato no puede caminar porque le fallan las patas, más comúnmente, las traseras. En estos casos la debilidad es evidente. Puede notar que su gato se levanta pero se cae o no puede moverse en absoluto. A veces lo consigue pero con movimientos extraños como , levantar las patas de forma anormal o que su gato mueva las patas en círculos. Otras veces la dificultad de movilidad se debe a que el gato sufre temblores, tics o convulsiones en todo su cuerpo.

Existen numerosas causas que pueden explicar que su gato tenga problemas para caminar o estar de pie. En los gatos de edad avanzada, puede notar que dejan de subir a las alturas, lo que suele ser un signo de dolor, a menudo causado por un proceso degenerativo como la artrosis en los gatos. Si cree que su gato puede estar sufriendo una enfermedad degenerativa o tiene dolor, eche un vistazo a nuestro artículo en el que respondemos a “¿Cómo puedo saber si mi gato tiene dolor?” Los gatos que han padecido o se están recuperando de enfermedades como la panleucopenia felina (parvovirus felino), también pueden sufrir secuelas neurológicas que afectan a su forma de caminar. Estos gatos tendrán dificultades para caminar en línea recta y levantar las patas correctamente. ¿Su gato pierde el equilibrio con facilidad? ¿Su gato carece de coordinación? Esta puede ser la razón. Estos daños pueden ser irreversibles, pero no impiden que su gato lleve una vida normal.Síndrome vestibular en gatosEl síndrome vestibular en gatos es un trastorno neurológico en gatos que produce síntomas como:Este síndrome puede ser causado por: traumatismos, otitis en gatos, enfermedades infecciosas, etc. Para identificar la causa desencadenante, es necesario realizar un examen neurológico. El síndrome vestibular en los gatos puede curarse, pero algunos gatos pueden quedar con la cabeza inclinada como lesión permanente[1].Por último, la falta de equilibrio en los gatos también puede estar causada por una infección del oído del gato, lo que también requerirá una consulta veterinaria.

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Golpe de gato

La parálisis en los gatos se produce cuando un gato es incapaz de controlar una o todas sus patas u otra parte de su cuerpo. Cuando un gato está paralizado, es probable que no pueda caminar, ponerse de pie o sostenerse sin ayuda.

Otros signos de parálisis del gato son: incapacidad para mover distintas partes del cuerpo, andar a trompicones, espasmos, letargo e incontinencia. Los gatos que sufren una parálisis parcial son más propensos a retorcerse de forma incontrolada o a moverse muy lentamente.

A menudo, la parálisis se debe a una enfermedad subyacente o a una lesión traumática. Para determinar la causa de la parálisis de su gato será necesario que su veterinario le realice un examen físico completo.

La única manera de determinar la razón por la que su gato está paralizado es llevarlo al veterinario para que le haga un examen físico completo.  Durante el examen, el veterinario evaluará la localización y la gravedad de la lesión y le aconsejará sobre el plan de tratamiento. Los posibles tratamientos pueden incluir antibióticos, medicación antiinflamatoria para reducir la presión de la columna vertebral y reposo en la jaula.

Señales de que su gato morirá pronto

La debilidad generalizada puede ser un signo de advertencia de una enfermedad cardíaca. Su mascota puede ser incapaz de caminar o estar de pie, caminar de forma inestable o cojear. En las mascotas con enfermedades cardíacas, la debilidad está causada por un corazón enfermo que bombea menos sangre al cuerpo y a los músculos.

Los gatos con enfermedades cardíacas pueden desarrollar una cojera o parálisis de aparición repentina, esencialmente una incapacidad repentina para mover una extremidad. La causa más común de parálisis de las extremidades traseras en los gatos es un coágulo de sangre que va a la pata trasera, llamado trombo de silla de montar o tromboembolismo arterial (TEA). Este coágulo bloquea el flujo sanguíneo a la(s) extremidad(es) afectada(s). Un coágulo en la pata trasera hace que el gato no pueda poner todo su peso en la pata afectada. El gato puede vocalizar, lo que suele ser un signo de que la pata le duele. La pata puede sentirse fría al tacto. El coágulo suele afectar a las dos patas traseras, pero puede afectar sólo a una pata trasera, a una pata delantera o a otras partes del cuerpo.

  Mi gato se arrastra y no puede andar

Este vídeo muestra a un gato 3 días después de sufrir un tromboembolismo arterial (TEA). Es capaz de moverse, pero sigue arrastrando una extremidad trasera. A menudo, cuando se produce una TEA, las extremidades afectadas no se mueven en absoluto.

El gato no puede caminar recto

TopCausas de la parálisis de las patas en los gatosHay una variedad de causas de parálisis en las extremidades que resultan de un mal funcionamiento en el cerebro, la médula espinal o los nervios que conectan el sistema nervioso central (SNC) con las patas. Entre ellas se encuentran:

ArribaDiagnóstico de la parálisis de las patas en los gatosSu veterinario realizará un examen físico y neurológico completo. Buscará signos de traumatismo y comprobará la respuesta al dolor en las extremidades afectadas. Buscará picaduras de garrapatas y comprobará si hay un pulso débil o ausente en la zona de la ingle, lo que indicaría una trombosis. El veterinario le pedirá un historial médico completo de su gato, incluyendo posibles accidentes o riesgos ambientales.

Además, se realizará un recuento sanguíneo y un análisis de orina para identificar posibles causas secundarias, como una infección. Puede solicitarse una radiografía o una ecografía para obtener imágenes de la columna vertebral y el cerebro, que pueden revelar tumores o inflamaciones. Si se sospecha que hay una hernia discal, se puede realizar una mielografía, que consiste en inyectar un colorante y realizar una radiografía para ver dónde puede haber una hernia discal que presione la columna vertebral. Si se sospecha de PIF, la prueba de PIF puede implicar la toma de una muestra de líquido del abdomen o la realización de un análisis de sangre, dependiendo del tipo de PIF que se sospeche.

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