Esperanza de vida del linfoma mediastínico felino
El linfoma es un cáncer de los linfocitos, que es un tipo de glóbulo blanco. Es el cáncer más común que se observa en los felinos, y representa alrededor del 30% de los nuevos diagnósticos de cáncer en los gatos. Algunas de las zonas más comunes del cuerpo que pueden verse afectadas por este cáncer son el tracto gastrointestinal, la cavidad torácica, el hígado y el bazo y la médula ósea.
Si el linfoma no se trata, la tasa de supervivencia de un gato es de unas cuatro a seis semanas después del diagnóstico. Sin embargo, con el tratamiento de quimioterapia, aproximadamente el 75% de los gatos con linfoma felino entrarán en remisión, y la mediana de supervivencia es de unos seis a 12 meses.
El sexo o la raza de un gato no parecen ser factores que influyan en el desarrollo de un linfoma. La edad, sin embargo, sí parece ser un factor, ya que la mayoría de los felinos afectados tienen entre 10 y 12 años. Una excepción es el linfoma mediastínico. Los gatos a los que se les diagnostica este tipo de linfoma suelen ser jóvenes, con una edad media de cinco años en el momento de la aparición de la enfermedad. El linfoma mediastínico también se ha relacionado con el virus de la leucemia felina (VLF), aunque cualquier forma de linfoma puede asociarse al VLF.
Linfoma felino ¿cuándo aplicar la eutanasia?
El puesto académico de AJG en la Universidad de Liverpool está financiado por Royal Canin. Por lo demás, los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses con respecto a su autoría o a la publicación de este artículo.
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Reimpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículoPaulin, M.V., Couronné, L., Beguin, J. et al. Linfoma alimentario de bajo grado felino: una entidad emergente y un modelo animal potencial para la enfermedad humana.
Síntomas del linfoma gastrointestinal en gatos
Como padre de una mascota, el diagnóstico de cáncer es uno de los peores destinos que puede imaginar para su esponjosa bola de alegría. Por desgracia, para algunos, el cáncer se convertirá en parte de la conversación cuando se trate de su gatito.
El linfoma es el cáncer más frecuentemente diagnosticado en los gatos. Constituye el 90 por ciento de los cánceres sanguíneos felinos y el 33 por ciento de todos los tumores en gatos. Pero, ¿qué es exactamente el linfoma y qué lo provoca? Y lo que es más importante, ¿cómo puede ayudar a su amigo peludo si desarrolla un linfoma?
El linfoma es un cáncer del sistema linfático. Más concretamente, es un crecimiento anormal y maligno de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel importante en el sistema inmunitario de tu gatito. El linfoma puede afectar a todo el sistema linfático o sólo a partes de él. Los gatos son únicos en el sentido de que el linfoma felino suele empezar en lugares atípicos, como las fosas nasales, la médula espinal, los riñones o los ojos. En la mayoría de las especies, incluidos los humanos y los perros, el linfoma se origina con mayor frecuencia en los ganglios linfáticos.
Los gatos de cualquier raza y edad pueden padecer un linfoma, pero es más frecuente en gatos de 10 a 12 años. En los gatos jóvenes, el linfoma suele originarse en la cavidad torácica; en cambio, los gatos mayores suelen desarrollar la enfermedad en el tracto intestinal.
El linfoma gastrointestinal en los gatos es doloroso
El sistema linfático felino es una compleja red de componentes que transportan sustancias vitales por todo el cuerpo del gato y ayudan a evitar la circulación de agentes nocivos. Entre estos componentes se encuentran el timo, el bazo, la médula ósea y lo que los veterinarios denominan tejido linfoide “asociado al intestino”, que recubre la superficie de varias zonas del cuerpo del gato y evita su exposición a agentes infecciosos.
La característica distintiva de la anatomía del sistema linfático, señala el Dr. McEntee, tiene que ver con su función de transportar un fluido vital (la linfa) por todo el cuerpo del gato. La circulación de este fluido se realiza a través de una red de minúsculos conductos entrelazados (vasos linfáticos) que conectan con conjuntos especializados de tejido denominados ganglios linfáticos, estructuras diminutas con forma de judía situadas en la profundidad del cuerpo del gato o en varias zonas de su superficie: en el cuello, en la ingle y detrás de las rodillas.
Entre las funciones que desempeñan el líquido linfático y los vasos que lo transportan se encuentran: el suministro de oxígeno y nutrientes a las células; la recogida de productos de desecho metabólicos; la absorción de grasa del tracto intestinal; y la eliminación de restos de tejido, bacterias, virus y otros agentes infecciosos del cuerpo.