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Análisis de un gato con enfermedad renal grave no infecciosa

15 octubre, 2022

Directrices de consenso de la ISFM sobre el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad renal crónica felina

Nota: Desde un punto de vista práctico, los términos enfermedad renal crónica, insuficiencia renal crónica, insuficiencia renal crónica e insuficiencia renal significan lo mismo. Para simplificar, en este artículo se utilizará el término insuficiencia renal para reflejar todos estos términos o condiciones.

Tanto si la mascota llega enferma como si se descubre incidentalmente en un análisis de laboratorio rutinario, el diagnóstico de insuficiencia renal puede ser un shock. No ayuda el hecho de que el término “insuficiencia renal” suene dramático y evoque imágenes de enfermedad continua, hospitalización costosa y fatalidad. En realidad, la insuficiencia renal significa simplemente que los riñones no son capaces de realizar al menos algunas de las tareas que se supone que deben hacer tan bien como se supone que deben hacerlas. Muchos clínicos prefieren el término insuficiencia renal o riñones insuficientes para no evocar imágenes perturbadoras cuando el paciente se encuentra en un estado tratable. La insuficiencia renal es una de esas afecciones en las que una intervención temprana puede suponer una gran diferencia y la calidad de vida normal puede mantenerse durante meses o incluso años.

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La ERC es una de las enfermedades más comunes que afectan a los gatos de edad avanzada y, en la mayoría de los casos, es progresiva a lo largo del tiempo, de modo que se produce un declive y un empeoramiento gradual de la enfermedad. El ritmo de declive varía considerablemente de un gato a otro.

Los riñones son responsables de: ayudar a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo; producir ciertas hormonas; regular muchos electrolitos en el cuerpo; y excretar productos de desecho (a través de la orina). En la ERC, todos estos procesos de regulación pueden verse alterados, lo que provoca una amplia gama de signos diferentes.

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La ERC se produce cuando se produce un daño irreversible y duradero en los riñones que afecta a su capacidad para funcionar y eliminar los productos de desecho de la sangre. En la mayoría de los casos, se desconoce la causa exacta de la ERC. Las muestras (biopsias) de los riñones afectados suelen mostrar una mezcla de fibrosis e inflamación denominada “nefritis intersticial crónica”. Sin embargo, se trata de cambios inespecíficos de la “fase final” y no nos dicen nada sobre la causa subyacente. Aunque la mayoría de los casos de ERC son idiopáticos (tienen una causa subyacente desconocida), algunas causas están bien reconocidas. Entre ellas se encuentran:

Perro con enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida persistente de la función renal a lo largo del tiempo. Los riñones sanos realizan muchas funciones importantes, sobre todo el filtrado de la sangre y la producción de orina, por lo que los problemas de la función renal pueden dar lugar a diversos problemas de salud para un gato. Entre las diferentes enfermedades renales que pueden afectar a los gatos, la ERC es la más común.

Los riñones forman parte del sistema renal (Figura 1), el sistema del organismo para filtrar las impurezas de la sangre. La orina producida en los riñones es transportada a la vejiga por los uréteres y desde la vejiga urinaria al mundo exterior por la uretra.

Los gatos con ERC pueden experimentar una acumulación de los productos de desecho y otros compuestos en el torrente sanguíneo que normalmente son eliminados o regulados por los riñones. Esta acumulación puede hacer que se sientan mal y parezcan aletargados, desaliñados y que pierdan peso. También pueden perder la capacidad de concentrar la orina de forma adecuada y, como resultado, pueden orinar mayores volúmenes y beber más agua para compensar. La pérdida de proteínas y vitaminas importantes en la orina puede contribuir a un metabolismo anormal y a la pérdida de apetito. También pueden experimentar una presión arterial elevada (hipertensión), que puede afectar al funcionamiento de varios sistemas importantes, como los ojos, el cerebro y el corazón.

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Enfermedad renal poliquística del gato persa

Se ha estimado que la prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC) es del 0,5-1,0% en perros y del 1,0-3,0% en gatos, pero aumenta con la edad, especialmente en gatos con una prevalencia reportada del 80% en la población de gatos geriátricos.

A diferencia de la medicina humana (Johnson et al. 2004), la prevalencia de perros y gatos en riesgo de ERC no se ha determinado adecuadamente (Reynolds et al., 2013). Sin embargo, es probable que el número de estos pacientes de riesgo supere con creces el número de perros y gatos con ERC.

Los estudios epidemiológicos muestran un mayor riesgo de ERC entre perros y gatos con ciertas características clínicas y demográficas, lo que sugiere que existen factores de riesgo de ERC en ambas especies (Bartlett et al., 2010; Brown et al., 2016; Finch et al., 2016; Jepson, 2016; Conroy et al., 2019).

El daño nefronal asociado a la ERC suele ser irreversible y a menudo progresivo (Polzin et al., 2005; O’Neill et al., 2013; Brown et al., 2016; Conroy et al., 2019). Por lo tanto, el objetivo es identificar y gestionar los factores de riesgo de la ERC, que podrían prevenir o ralentizar el desarrollo de la ERC, y reducir las posibilidades de la morbilidad y la mortalidad esperadas en las etapas posteriores de la enfermedad (es decir, las etapas 3 y 4 de IRIS) (Polzin et al., 2005).