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Analgesicos para gatos dosis

6 marzo, 2023

Analgesia para gatos

La esterilización es un procedimiento quirúrgico y, por tanto, está asociado al dolor. Sin embargo, en un estudio realizado en el Reino Unido y publicado en 2013, mientras que la analgesia perioperatoria se utilizó ampliamente tanto en perros como en gatos, solo el 33% de los gatos recibió analgesia postoperatoria tras la esterilización, en comparación con el 75% de los perros, y la esterilización se consideró más dolorosa en los perros que en los gatos1. La división veterinaria de International Cat Care, la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM), fomenta la evaluación y el tratamiento rutinario del dolor en los gatos. Sin embargo, el reconocimiento del dolor no siempre es sencillo y la percepción de que los gatos experimentan menos dolor que los perros con la esterilización puede reflejar en gran medida las diferentes respuestas de comportamiento al dolor entre las dos especies, más que las diferencias genuinas en la experiencia del dolor. Esta campaña destaca las razones por las que muchos gatos no reciben analgesia postoperatoria y pretende animar a las clínicas a revisar sus políticas de prescripción de analgésicos para los procedimientos de esterilización rutinarios.

Para algunos veterinarios, puede existir la percepción de que castrar a los gatos es menos doloroso que castrar a los perros, pero tiene sentido fisiológico que ambas especies probablemente sientan dolor durante varios días después de un procedimiento quirúrgico. Los estudios han demostrado que los gatos muestran cambios de comportamiento indicativos de dolor durante 3 días o más después de la esterilización,2 pero sabemos que esta especie es menos demostrativa y menos propensa a mostrar signos manifiestos de dolor, como la vocalización.

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Como ocurre con cualquier especie, la población felina varía en cuanto a la experiencia y la respuesta al dolor, así como a la respuesta al tratamiento.6-8 Reconocer el dolor en el gato puede ser un reto. La American Animal Hospital Association y la American Association of Feline Practitioners proporcionan directrices para ayudar a los profesionales veterinarios a mejorar su capacidad para reconocer y tratar el dolor en nuestros amigos felinos.9

Las investigaciones en gatos demuestran que para identificar el dolor, la evaluación del comportamiento es más valiosa que las medidas objetivas, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial.10,11 La evaluación de los cambios de comportamiento junto con un examen físico completo, cuando es posible, es vital durante el proceso de preanestesia. Si un humano percibe un procedimiento como doloroso, hay que asumir que el paciente veterinario también experimentará dolor.

FIGURA 1. Evaluación de un paciente en recuperación utilizando el Colorado Pain Scoring para el gato. El autor sugiere plastificar su tabla de puntuación del dolor preferida y colgarla en las jaulas de los pacientes que requieran evaluaciones del dolor. Esto proporciona una guía visual y recuerda a las enfermeras veterinarias que la evaluación del dolor es continua e importante.

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Tu labrador amarillo de 8 años, Tinker Bell, acaba de llegar del patio y notas que cojea de una de sus patas traseras. Revisas el botiquín de tu baño para ver qué medicamentos tienes que puedan ayudarla a sentirse mejor. Ves frascos de aspirina, ibuprofeno, naproxeno y paracetamol, todos ellos analgésicos para personas. También tienes unos cuantos comprimidos de RIMADYL que te sobraron de cuando tu otro perro fue operado de la rodilla. Antes de coger cualquiera de los frascos, PARE y llame a su veterinario. Un analgésico pensado para ti o incluso para tu otro perro puede no ser adecuado para Tinker Bell e incluso puede hacerle daño.

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Con la notable excepción del paracetamol, todos los medicamentos enumerados en la introducción son antiinflamatorios no esteroideos, comúnmente llamados AINE. Estos fármacos se utilizan ampliamente tanto en personas como en animales por sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antifebriles.  Los veterinarios suelen recetar AINE a los perros con osteoartritis, una enfermedad en la que el cartílago -el material protector que amortigua una articulación- se rompe con el tiempo, haciendo que los huesos rocen entre sí. Este roce puede dañar permanentemente la articulación y causar dolor, inflamación y cojera. Los veterinarios también suelen utilizar los AINE para controlar el dolor después de la cirugía, tanto en perros como en gatos.

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El dolor crónico en los gatos se asocia comúnmente con la malignidad, la inflamación crónica, los trastornos ortopédicos, las lesiones crónicas de los tejidos blandos y las lesiones del tejido nervioso.1 A menudo es difícil de reconocer porque los signos pueden ser sutiles, como por ejemplo:2

El control del dolor más eficaz suele requerir un tratamiento farmacológico multimodal: Los opioides y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son las dos clases de fármacos más utilizadas; pueden complementarse con nutracéuticos y analgésicos coadyuvantes.

La buprenorfina es un agonista mu parcial que se utiliza para controlar el dolor crónico en los gatos y está clasificada por la Administración para el Control de Drogas (DEA) como una sustancia controlada de la Lista III.  La buprenorfina no está aprobada por la Food & Drug Administration (FDA) para su uso en gatos.3

Administración. El rango de dosis común es de 0,01 a 0,03 mg/kg Q 6 a 8 H, lo que equivale a 0,033 a 0,1 mL/kg de la forma inyectable (buprenorfina, 0,3 mg/mL).3 El fármaco puede administrarse por vía SC, IM, IV o bucal; la administración bucal es la vía preferida para el tratamiento del dolor crónico.3

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