Gato que muestra el tercer párpado
Las lágrimas se producen constantemente para ayudar a proteger el ojo. Sin embargo, el lagrimeo excesivo o la producción de una secreción más espesa (mucosidad) del ojo, a menudo conocida como “ojos llorosos”, puede ser una señal de que algo podría estar mal.
Los ojos llorosos pueden ser un signo de que su gato tiene una infección ocular. La conjuntivitis es la infección ocular más comúnmente diagnosticada en los gatos. En este caso, la infección provoca la inflamación de la conjuntiva, la membrana que recubre la superficie interna de los párpados y la parte blanca del propio ojo. Además de la secreción de los ojos (que puede secarse hasta formar una costra), las zonas que los rodean están rojas e hinchadas (ver imagen). La conjuntivitis causa molestias y dolor y, si no se trata, puede provocar daños oculares, pérdida de visión e incluso ceguera permanente. Por ello, es muy importante que el gato reciba tratamiento veterinario.
Las infecciones oculares pueden estar causadas por lesiones en el ojo, o por objetos extraños en el ojo (por ejemplo, suciedad, arena). Los gatitos recién nacidos pueden desarrollar infecciones oculares debido a infecciones vaginales de la madre en el momento del parto, así como por haber nacido en un entorno insalubre. Las enfermedades víricas o bacterianas también pueden provocar infecciones oculares. Por ejemplo, la clamidofilosis felina, una enfermedad bacteriana, causa principalmente infecciones oculares (del ojo) y conjuntivitis. Normalmente, una secreción verde o amarilla indica que hay una infección bacteriana.
¿Los gatos tienen la esclerótica blanca?
El brillo blanco como la nieve de un gato blanco es una belleza que hay que contemplar. Y, cuando se combina con diferentes colores de ojos (verde, azul, dorado o con rasgos “inusuales”), destaca de forma espectacular sobre otros gatos multicolores, calicó o carey. Los gatos blancos se han asociado a menudo con el mes de febrero porque su color recuerda a la nieve.
Es común que la gente crea que los gatos blancos son gatos albinos, cuando en realidad la única similitud real entre ambos es el aparente color blanco del pelaje. En un gato albino, el color del pelaje blanco se atribuye a su falta de color. Esta condición genética se identifica como una completa falta de color o pigmentación, siendo ambos padres portadores del marcador genético del albinismo{{1}}[[1]]Peña, M. La diferencia entre un gato albino y un gato blanco, Caster, 28 de agosto de 2014, [[1]].
Fíjate en los ojos. Los ojos de un gato albino se limitan a un azul muy pálido, o parecen rosados o azul rosado debido a la completa falta de pigmentación (Figura 1A). Los gatos blancos tienen ojos de diferentes colores (azul – 1B, verde, ámbar), incluyendo la intrigante heterocromía, en la que los ojos tienen dos colores diferentes (Figura 1C). Por lo tanto, los gatos con ojos azules, verdes o ámbar no son albinos. Los gatos B y C son verdaderos gatos blancos.
Fotos de problemas de ojos de gato
Los gatos pueden padecer conjuntivitis, al igual que las personas. La conjuntivitis se produce cuando el tejido húmedo que recubre el globo ocular (llamado conjuntiva) se inflama. Los síntomas incluyen el conocido color rosa o rojizo, una secreción ocular pegajosa e hinchazón. Puede tener varias causas:
Hay muchas formas en las que su gato puede dañar la córnea de sus ojos. Su gato podría rascarse accidentalmente el ojo al intentar satisfacer un picor. Un poco de suciedad, residuos o un pequeño insecto podría entrar en ellos. O sus ojos podrían arañarse durante una pelea con otro gato o animal.
Es posible que pueda ver signos de una lesión en la córnea, como enrojecimiento, lagrimeo o sangre en el ojo. También puede notar que su gato entrecierra los ojos, parpadea o se da zarpazos en la cara. Si sospecha que su gato se ha dañado la córnea, debe llevarlo al veterinario.
Cuando la úvea, que es la parte coloreada del ojo que contiene vasos sanguíneos, se inflama, se habla de uveítis. Esta afección puede ser dolorosa y puede afectar a la visión de su gato si no se trata. Los signos pueden incluir cambios en el tamaño de la pupila, nubosidad, enrojecimiento, lagrimeo excesivo y secreción.
Síndrome de Haws
HASTA LA SEMANA PASADA, Wally había sido una gata joven y sana. Cuando un día de la semana pasada se presentó a desayunar con unos ojos extraños, sus dueños se quedaron perplejos. ¿Qué le pasaba a su simpática gatita? La esquina interior de cada ojo estaba cubierta por una especie de colgajo. Esto nunca había sucedido antes y no parecía correcto.
Le hice un examen físico minucioso, palpándole todo el cuerpo en busca de rarezas como ganglios linfáticos agrandados o cualquier otro bulto o protuberancia. Le tomé la temperatura y le ausculté el corazón y los pulmones. Le miré los oídos y le examiné los ojos con un oftalmoscopio. ¿Mi conclusión? Wally era un gato perfectamente sano excepto por el problema obvio: esos ojos de aspecto extraño. Sufría un problema común en el mundo de los gatos, conocido como síndrome de Haws. Les expliqué a sus dueños lo que ocurría.
Los humanos sólo tienen dos pares de párpados: el superior y el inferior. Los gatos, al igual que la mayoría de los animales, tienen un par de párpados adicionales situados en la parte interna de cada ojo. Se conocen, como es lógico, como “terceros párpados”, o para darles su nombre técnico, “membranas nictitantes”. “Nictitate” es una palabra que se usa poco, pero significa “guiñar”: el tercer párpado hace precisamente eso, guiñar el ojo como un limpiaparabrisas cada vez que un animal parpadea.